Esta vez nos fuimos cinco individuos e individuas a bajar el barranco con más arañas por metro cuadrado en el que he estado nunca (y tampoco es que tenga a mi espaldas muchísimos barrancos, pero de verdad que era impresionante)
Después de perdernos en la aproximación (a propósito, claro), llegamos a la cabecera. Queso, embutido, frutas varias... y el bocadillo de tortilla de atún que nadie quiere, excepto el dueño.
Entramos a las 14h y salimos a las 19h (aproximadamente) Muuucha calma en el descenso, disfrutando del agua, de sol... de las arañas y los mosquitos...
Las instalación del barranco perfecta. Algunos pasamanos para acceder a las cabeceras pero muy, muy disfrutón. Eso sí, con más agua tiene que ser terrible...
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