lunes, 17 de enero de 2011

EL BERROCAL DE ORTIGOSA

Volver a los sitios de tu infancia tiene siempre connotaciones especiales. A cada paso, a riesgo de ser una auténtica pesadilla para la persona que te acompaña, rememoras un sinfín de anécdotas, de experiencias, de momentos vividos.

"Ven, vamos por aquí que te voy a enseñar donde se cayó Miguel y se partió el tobillo. Que al principio no veas lo que nos reíamos de él pero luego..."

"Mira, esto es el valle de los elfos", "Vamos a ver si vemos la cueva donde encontramos una calavera de zorro"...

Y de un sitio a otro, saltando entre las rocas, pinchándonos con los espinos y las zarzas, andando y desandando caminos marcados por el ganado, pisando el barro...
"No, no, por aquí no era... vamos a ver por allí", "Ay, por aquí no que hay vacas" (no sé que miedo me ha dado a las vacas sueltas que casi las detecto a distancia)


La piedra del campanario, la de la rana, la piragüa, la mina abandonada (que no entendíamos en aquellos tiempos porqué le llamaban mina a una pared de piedras), el vertedero (que en aquellos años nos llamaba de sobremanera la atención y hoy ya no queda ni rastro de él, y menos mal), el foso donde tiraban las vacas muertas y las tapaban con arena, el arroyo en el que nos entreníamos saltando de orilla a orlla hasta el "incidente del tobillo", el llano de las vacas donde nos asomábamos a ver si había alguna por allí cerca, las escaleras de los gigantes...


Muchísimos nombres y lugares. Algunos que recuerdo y otros que no. Algunos reales y otros los que inventábamos.

Hicimos de aquel lugar un sitio a la medida de nuestra imaginación, un lugar en el que podíamos pasar el día entero sin notar que pasara.

Es grato recorrer los lugares en los que has vivido tanto y cosas tan buenas. Volver a los mismos olores, a las sensaciones de aquellos años.

Comprobar que, al menos allí, pocas cosas han cambiado.

Para los que os apetezca un paseo poco conocido os dejo el enlace de la ruta...

El sitio de donde he cogido las fotos...